Finísimas gotas de esperanza
bañan tímidas mis ojos
esos que miraron
en prolongado anhelo
el eterno cuadro
de nubes burlonas
yermos paisajes
y desvencijadas maderas
Una majestuosa pincelada
se abre paso imponente
en el difuso horizonte
y el viento susurra
entre los trigales ya secos
que el mar se ha evaporado
y el azul se ha vuelto cielo
Otro trazo
el sol que enceguece
se destaca en el celeste
y entre versos relata
pretextos de pasado ausente
La amarilla marea
se peina con el viento
y llama a los aldeanos
clamoreando que no ha muerto
De a poco se arriman
los amantes de la tierra
lloran y sus lágrimas
son semillas que brotan
que adolecen
se hacen árboles añosos
donde habita ese pájaro
que ahora escapa del pincel
y remontándose sereno
se dirige hacia mi silla
trayendo entre sus alas
los colores de su nido
los aromas del olvido
Finísimas gotas de esperanza
bañan tímidas mis ojos
mientras miro a lo lejos
al pequeño en libertad
expatriado victorioso
desgajado de la tela
que ahora vuela sin destino
por detrás de mi ventana.
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