Viento a favor


Si pudiéramos explicarnos nuestra existencia, si las cosas fueran tan claras como una gota de agua… me pregunto si podríamos alcanzar la felicidad... Vivimos pensando en lo que vendrá, tratando de dilucidar el porvenir difuso que se avecina… Pero si alguien nos murmurara al oído…, si alguien nos tomara de la mano y nos mostrara como en una película quiénes seremos, cada paso que daremos, la piedra con la que tropezaremos, la cima que alcanzaremos… entonces nuestra vida sería sólo eso: esperar a que suceda aquello que no podemos evitar porque ya está escrito en nuestras propias manos… Sólo nos queda una opción: seguir caminando, dando cada paso sintiendo la alegría de ser libres, de poder elegir el paisaje que nos rodea y sentir el viento en la cara… a veces en contra, pero casi siempre a nuestro favor…
Y de pronto sentirse inmerso en un remolino del que ya no se puede salir… No saber el origen, no conocer el principio… Un pasado que parece eterno y conocido, un presente que se detiene, un futuro que encandila…

Reflejos

Reflejos de mi vida van y vienen entre las olas desordenadas que invaden la quietud del mar. Veo de pronto cómo la espuma llega hasta la orilla y se va deshaciendo sobre la arena… La tomo entre las manos y va desapareciendo, convirtiéndose en el agua que se escurre entre mis dedos y cae, perdiéndose, hundiéndose en el infinito. Y vuelvo a clavar mi mirada en el mar, y los ojos se me llenan de ese azul profundo que me vio crecer… Voy adentrándome en las profundidades de mi existencia y reconozco miles de imágenes que había olvidado, que se habían vuelto difusas pero ahora vuelven más claras que nunca y me hablan, me acarician, me toman de la mano y me llevan hacia el fondo del mar… Y siento que vuelvo a vivir esa infancia, a oír las voces de esa gente que me vio nacer, de aquellos que ya no están pero pronto regresarán… Y siento el olor de la inocencia, del pasto en mis rodillas, de las cadenas de las hamacas, de las vueltas de la calesita, del tabaco de una pipa recién apagada y los eternos cuentos de un anciano que le dieron vuelo por primera vez a mi imaginación y la dejaron crecer hasta el cuestionamiento mismo de mi propia existencia…