Fuegos de artificio encienden la nada, la noche sonrie y resuena trasnochada. Me guardo en un frasco un pedacito de cielo por si acaso mañana no me permitan ya verlo. Ahora tengo un bichito de luz adentro de mi frasco, le hago un agujerito en la tapa y lo pongo en mi cajon por si esta noche no puedo dormir. Miro ahora mi techo lleno de estrellas y una de ellas, es fugazzzzzz... rebota en el silencio y su eco se refleja como un prisma en mil direcciones. Me pide volver a ser infinito, me clama piedad, regresar del exilio... Y ahi la dejo, atravesando la noche vuelve a ser una luz: pequeñisima desapareciendo en la nada...
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